La vida es un eterno disfraz... en mi vida tan solo me disfraze en dos oportunidades, y no cuando fui niña, sino de adolescente... la primera vez mi difraz fué de chilindrina, compartía con mi grupo de amigos de la coral de la iglesia y terminamos la rumba en la plaza. Y la segunda vez, unos años después, de pordiosera... imaginense, puros pordioseros en la plaza. Luego, la vida te hace grande, te pone en el camino responsabilidades y te coloca un disfraz que debes llevar cada día, nos olvidamos un poco de nosotros mismos... Y nunca es tarde para retomar aquellos días de gozo, de alegría, de compartir... me lo propongo a futuro... basta de quejarnos.
Muy probablemente, los que más te critiquen serán los que menos te comprendan. Seguramente se encuentran en una sintonía completamente diferente a la tuya, y no es tu misión intentar cambiarlos. Ni tampoco es tu responsabilidad cambiar tu forma de ser por ellos.
Vivamos ahora, basta de sacrificios no reconocidos... tan solo damos amor a quienes nos los devuelven.
Lastima que existan personas cercanas, ciegas, incomprensivas... que no aprovechan esta montaña de sentimientos y nunca la canalizaron... ahora es tarde y mi disfraz de hoy en adelante es de futuro prometedor, de futuro alegre, sin sombras... caiga quien caiga!!!