La persona aburrida solo se queja de las cosas que no están bien, de las cosas o personas que no le gustan. Pero hace poco o nada para solucionar su estado de ánimo. El quejumbre es su estado crónico, esperando que algo o alguien le cambie la existencia.
La persona aburrida no solo se aburre de si misma sino a todo el que le rodea, su conversación carece de emotividad, sus movimientos físicos carecen de fuerza, de vitalidad. No existe poder que al parecer sea capaz de sacarle del letargo existencial.
Encontrarle sabor a la vida, entusiasmo, actitud positiva, alegría, ánimo no es privilegio de algunas, sino decisión de pocas. Repito decisión. Salir de la aburrida vida requiere de una firme decisión, de aborrecer el aburrimiento. De querer hacer uso de la escasa energía que resta en el cuerpo y mente para generar fuego en el interior que le impulse, como a los globos aerostáticos a elevarse en las alturas.
Pero existe algo mejor aun, la decisión de creer que Jesús vino a "poner en libertad a los oprimidos", el aburrimiento oprime el alma, encadena la ilusión y ata los sueños. En tanto que la persona aburrida desconoce el propósito por el cual fue creada, no encuentra sentido a su vida.
Descubrir que Dios desea encender "la chispa de tu vida" que el "se ha llevado cautiva toda cautividad", que él te motiva a "proseguir rumbo a la meta sin mirar atrás", que "él tiene un futuro y una esperanza para ti, pensamientos de bien y no de mal", que con su ayuda eres fuerte, valiente y victoriosa.
¡!Que en él eres mas que vencedora!
Por Dios no hay tiempo ni espacio para el aburrimiento. Te aseguro, cree en el Señor Jesucristo y tu vida nunca màs será aburrida. El cambia tu "aburrimiento en gozo".
Psic. Patricia Villanueva
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